MI QUERIDA MAESTRA
Hoy comienzo a escribir estas oraciones y
me siento igual que en mi primer día de clases. Ese día estaba muy
asustada, pero nunca supe el motivo Me sentía muy sola y ese estado
me duró mucho tiempo; durante todo el año lectivo permanecí ajena a mis
compañeras.
Sólo
recuerdo a mi maestra, era joven, tenía muy buen carácter y mucha paciencia. Posiblemente, por todas esas
condiciones que reunía, ese año fue para mi agradable, a pesar de haber
asistido a una escuela que no era linda desde el punto de vista de la
edificación. El aula era un salón cuadrado, el piso hecho de listones de
madera oscura; el techo, alto. No recuerdo si te tenía una o dos ventanas, que
daban a la calle.
El patio grande y soleado. Allí en uno de los
recreos, recibíamos la merienda que consistía en una taza de leche y una
factura o tortita. Yo la consumía, sin tener apetito y todo para
no contradecir a la señora que tan amablemente, me extendía las dos cosas.
Muchos años pasaron, muchas cosas viví, sin
embargo, traté de conservar en mi mente el rostro de mi
primera maestra. Hace algunos años, caminaba despreocupada, rumbo a
mi casa, cuando avanzaba hacia mi, una mujer un poco mayor que yo, me miró
dulcemente y nos
abrazamos fraternalmente, como si todo ese largo tiempo
transcurrido desde que nos habíamos dejado de ver, no hubiera existido.
Y quiero,
en mi fantasía, hacer de ese abrazo, el primer día de clases.
Mi ET favorita, un relato muy sentido y un hermoso recuerdo. A pasado de grado. Felicitaciones.
ResponderEliminarECLIPSE:Muchas gracias por sus palabras.Son como perfumadas flores de jazmines para mi.
EliminarGracias demostrándome en su Blog que puedo hacer la diferencia.
ResponderEliminarLa atención, el cariño y cuidado deben ser sumados y nunca restados.
Es preciso oír los consejos silenciosos que se asoman al alma de cada persona.