martes, 3 de abril de 2012



MI QUERIDA MAESTRA



Hoy comienzo a escribir estas oraciones  y me siento igual que  en mi primer día de clases. Ese día estaba muy asustada, pero nunca supe el motivo Me sentía muy sola y ese estado me duró mucho tiempo; durante todo el año lectivo permanecí ajena a mis compañeras.
 Sólo recuerdo a mi maestra, era joven, tenía muy buen carácter y mucha paciencia. Posiblemente, por todas esas condiciones que reunía, ese año fue para mi agradable, a pesar de haber asistido a una escuela que no era linda desde el punto de vista de la edificación. El aula era un salón cuadrado, el  piso hecho de listones de madera oscura; el techo, alto. No recuerdo si te tenía una o dos ventanas, que daban a la calle.
El patio grande y soleado. Allí en uno de los recreos, recibíamos la merienda que consistía en una taza de leche y una factura o tortita. Yo la consumía, sin tener apetito y todo para no contradecir a la señora que tan amablemente, me extendía las dos cosas.

Muchos años pasaron, muchas cosas viví, sin embargo, traté de conservar  en mi mente el rostro de mi  primera maestra. Hace algunos  años, caminaba despreocupada, rumbo a mi casa, cuando avanzaba hacia mi, una mujer un poco mayor que yo, me miró dulcemente y nos
 abrazamos  fraternalmente, como si todo ese largo tiempo transcurrido desde que nos habíamos dejado de ver, no hubiera existido.
Y  quiero, en mi fantasía, hacer de ese abrazo, el primer día de clases.




3 comentarios:

  1. Mi ET favorita, un relato muy sentido y un hermoso recuerdo. A pasado de grado. Felicitaciones.

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    1. ECLIPSE:Muchas gracias por sus palabras.Son como perfumadas flores de jazmines para mi.

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  2. Gracias demostrándome en su Blog que puedo hacer la diferencia.
    La atención, el cariño y cuidado deben ser sumados y nunca restados.
    Es preciso oír los consejos silenciosos que se asoman al alma de cada persona.

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